viernes, 8 de diciembre de 2017

Esta visita comenzó en la Plaza de la Constitución, debajo del hasta bandera, donde todo el grupo nos reunimos llegando desde diferentes puntos de la ciudad. Nos acercamos a uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México, pero sin duda, del país. Al entrar al Palacio dejamos nuestras cosas en paquetería, y posteriormente la guía que nos asignaron se presentó, y comenzamos el recorrido.
Primero visitamos el jardín botánico, un lugar hermoso por la diversidad de plantas, árboles y arbustos que se pueden encontrar, sobre todo porque son especies muy representativas de diferentes partes de México. Se pueden ver cactus y otras plantas de clima árido, así como magueyes, entre otras. Su historia se remonta a épocas prehispánicas, cuando en el lugar donde se encuentra Palacio Nacional, antes estuvieran las Casas Nuevas de Moctezuma, en donde tenía un zoológico, y un jardín botánico. Con la Conquista española, como ya sabemos, muchas construcciones originarias fueron derrumbadas, y en este lugar fue edificada la casa de Hernán Cortés, quien ya había destinado un espacio para jardín. Posteriormente su hijo vendió el inmueble a la Corona española, y a través de los virreyes y gobernantes que continuaron habitando ahí, el jardín se fue modificando y recolectando gran diversidad de plantas provenientes de diferentes zonas. Este jardín tuvo época de esplendor, pero también de decadencia, y es valorable que persista hasta nuestros días, conteniendo un paisaje vegetal con el que los mexicanos identificamos nuestra nación.
Nuestro recorrido por el Palacio está marcado por una historia contada en las paredes, y si bien hay muchas versiones sobre la historia del país, resulta importante analizar cada fragmento de pintura realizada principalmente por Diego Rivera. El trayecto comienza con el Mural principal situado sobre las escalinatas principales, en tres paredes que dibujan primero los tiempos prehispánicos, cuando el sistema de vida en lo que hoy es México era completamente distinto: aparece un personaje muy importante, el gobernante de Tula (Ce Acatl Topiltzin), con quien se formó la profecía que el pueblo azteca vislumbró más tarde a la llegada de Hernán Cortés. Existe un mito acerca de eso, pero en resumen, ellos esperaban a su dios (Quetzalcóatl), al cual confundieron con el español, el cual poseía características similares a la deidad que ellos esperaban. Fue aquí donde comenzó el encuentro de las dos culturas,  la conquista y el dominio del pueblo nativo que se trata en estas grandes pinturas. En el centro del mural se encuentran los personajes más emblemáticos de la historia del país: Miguel Hidalgo, Morelos, Josefa Ortiz, Iturbide, Emiliano Zapata, Benito Juárez, entre muchos otros. También aparecen frailes, e integrantes de la Iglesia, el proceso de evangelización, y elementos que apuntan a la Santa Inquisición. En la parte inferior podemos identificar la lucha entre guerreros mexicas y los invasores españoles. La última parte del mural nos muestra la sociedad post revolucionaria, el avance científico, los procesos industriales, la clase obrera, las huelgas, revueltas, y se puede ver a Marx liderando a obreros y campesinos a través de sus ideales. La iglesia católica aparece nuevamente, beneficiándose económicamente del pueblo; y los procesos de justicia, siendo ineficaces.
El segundo mural  trata la imagen del mercado de Tlatelolco, donde se intercambiaban toda clase de productos: vegetales, animales, plantas, especias, piedras preciosas, telas, etc. Se paseaban por ahí personas de todas las jerarquías sociales, y la guía nos contó datos acerca de la prostitutas, que ponían cascabeles en sus piernas, para que pudieran identificarlas; Diego usa la imagen de Frida Kahlo para representar a una de ellas. Además luce en el fondo la espectacular ciudad de Tenochtitlán.
El tercer mural hace alusión a la ciudad del Tajín, pudimos apreciar a los voladores de Papantla, y el impresionante juego de pelota.
El último mural presenta la esclavitud a la que fueron sometidos los indígenas, el maltrato, abuso, y evangelización forzada, las riquezas, el poder,  y las tierras repartidas entre los españoles.
Pudimos apreciar que Diego incluyó con mucho ingenio a Frida Kahlo, a su hermana, y a él mismo en varias de sus obras, mezclándose entre la infinidad de personajes.
La guía nos habló de los ingredientes usados por Diego Rivera para realizar los murales, los cuales eran bastante elaborados, y requerían materiales específicos que hacían su obra más compleja y detallada.
 Diego usó técnicas muy interesantes en algunos murales, como la representación de personajes en “3D”, y era divertido ver que si te colocas desde ciertos puntos frente a la pintura, parece que los personajes están mirando hacia otro lado.


Consideramos que el Palacio Nacional es un edificio de gran relevancia en el país, conteniendo en sus salas, pasillos, paredes y documentos, los antecedentes de una historia que a todos nos compete saber, y una buena manera de tener este acercamiento es a través de los murales que embellecen este recinto, pero que sobre todo, la función principal es hablarnos del pasado, y de un posible futuro construido por todos, donde el rezago sea cada vez menor, donde las generaciones actuales y posteriores se interesen por aprender de los antecedentes para  proponer ideas que mejoren la calidad de vida de todos los mexicanos.

Equipo 3

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