Estás leyendo…
¿y no lees?
Un libro contra la obligación de leer
Autor: Juan Domingo Argüelles
Editorial: Ediciones B
¿Alguna vez te han dicho que leer te puede hacer culto, mejor
persona, ampliar tu vocabulario, hacerte más interesante, mejor estudiante,
ayudarte a pasar tus materias, y toda una gama de recetas para solucionar
problemas de índole intelectual? Este libro me hizo ver los libros de otra
manera, y la lectura por placer, como una actividad que muy pocos realizan.
Existen libros exquisitos, con una diversidad de temas y autores que nunca
alcanzaremos a terminar de leer, porque la creatividad e imaginación se renueva
día a día, porque cada ser vislumbra el mundo diferente, y lo experimenta por
supuesto, de alguna manera que no se volverá a repetir; pero ¿cómo indagaremos
esos mundos?, esos tiempos, personajes, situaciones, paisajes concebidos en las
mentes de otros hombres que encontraron en la palabra escrita una forma de
perdurar un poco más a través de generaciones. Las marcas en cualquier material
(rocas, árboles, cuevas, pieles, hojas, papel) siempre han sido una forma de transmisión,
de comunicación de un contenido relevante para los emisores del mensaje, algo
que valía la pena guardar a través del efímero tiempo. En esto radica la
intención de los libros, de entregarnos piezas de historia humana, rasgos de
nuestros antepasados, características de nuestra identidad y naturaleza.
Juan Domingo aclara la diferencia entre placer y deber. Por
deber aprendemos toda clase de cosas útiles para nuestra sobrevivencia y
desarrollo en el planeta; por placer se disfruta la música, la pintura, la
danza, la literatura, la escultura, y toda expresión humana como actividad
lúdica, creativa, constructiva y
explicativa de nuestra estancia en el espacio-tiempo en el que
existimos. La cultura es el compendio de todas estas cosas, tanto las que hemos
debido aprender, como las que hemos querido disfrutar; y no imagino una raza a
la que no le interese saber sobre sí misma. Contamos con escritos históricos,
pero también con relatos que transforman la realidad, añadiendo recursos
imaginarios que pueden producir cuentos, fábulas, novelas, poemas, dramaturgia,
etc. Hay una belleza en todo esto que la sensibilidad adscrita en nuestra mente
percibe de manera natural, y es cuando la sentimos, la pensamos, la recreamos,
la producimos y la compartimos, cuando toda esa producción artística adquiere
sentido, cuando la hacemos nuestra e inevitablemente la gozamos. Comprendo que
no
estamos en una época en la que esto se reconozca con facilidad, se nos ha
educado como menciona el autor, de una manera muy conveniente a intereses
externos, y se pierde de vista el placer de muchas actividades, en este caso
específico, el placer de leer, queda tan dañado, que aunque los lectores
estemos frente a grandes creaciones, no hacemos más que bostezar y leer con
tedio lo que los profesores nos han recomendado, lo que nuestros padres nos han
obligado a leer, lo que la sociedad dicta como determinante en nuestra
formación académica. No se puede exigir una cualidad del goce lector en todas
las personas, nuevamente Juan Domingo nos advierte que esta disposición es
especial, íntima, se desarrolla en condiciones de no obligación, en un ambiente
en el que el espectador participa plenamente en la historia porque se convierte
en personaje y da vida a la obra a través de su imaginación.
Recomiendo ampliamente este libro porque el autor te puede
persuadir incluso de no leerlo, hacerte dudar de leer uno más por obligación, y
desde este principio facilita la lectura amena del mismo. -Gran ensayista,
poeta y crítico literario- Juan Domingo Argüelles permite una reflexión clara
en torno a la lectura y los lectores, lo que significa un esbozo en distintas
áreas sociales y culturales que afectan la realización de una actividad que va
más allá de la obligación e incluso de la educación: con ironía y desencanto
critica frases que se mencionan a diario sobre las ventajas de leer, actitudes
de soberbia y desdén por parte de muchos intelectuales, recomendando títulos
con jactancia erudita, dando a la lectura un papel que no le corresponde, tomándola
como vara de corrección, dejando fuera, y hasta pareciera descalificando, un
placer que el ser humano necesita buscar, no sólo en palabras impresas, sino en las
palabras sonoras, en los versos recitados, en la compañía de un buen amigo, en
un atardecer melancólico, en una buena bebida, en cualquier actividad que nos conmocione
mental y anímicamente, para advertir quizá un momento de felicidad, la meta
aspirada pero desenfocada constantemente. Por lo tanto la lectura no lo es
todo, nos dice este gran crítico mexicano; habrá que mirar lo que hacemos o lo
que aspiramos hacer, limpiarlo de la obligación que ofusca el placer.
Argϋelles, J.D.,(2011), “Estás leyendo… ¿y no lees? Un libro contra la obligación de leer”, México, Ediciones B México, S.A. de C.V.
Por Lein José
Me encanto...
ResponderBorrarSin duda una buena critica del autor.
Cuando nos repartieron los libros me llamó mucho la atención, pero en ninguna ocasión me toco :( lo conseguiré!
ResponderBorrarGracias por hacer más atractivo el libro
Wow! Muy buena reseña, y las ilustraciones le dan mucha vida a tu texto :)
ResponderBorrardesde el título suena padre,lo voy a leer!!
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