Después de contarles un poco (bueno, mucho) sobre lo que consiste la narración oral, ahora quiero compartirles mis primeras experiencias en este noble arte. Todo empezó hace cuatro años en Espinal, Veracruz. Yo estaba en un grupo de teatro, había ya participado en concursos de escritura creativa y era vicepresidente de un grupo llamado Jóvenes en Liderazgo, acabábamos de terminar una serie de funciones en escuelas primarias de la sierra totonaca, cuando un maestro nos invitó a formar parte en un proyecto de "cuentos", como yo estaba muy cansado no asistí a la reunión, pero por azares del destino, coincidimos en la peluquería. Ahí me contó sobre la idea de traer a 20 narradores de la Ciudad de México para que contaran historias en varias partes del totonacapan, Lo estoy resumiendo todo, pero les juro que desde ese momento me enamoré del proyecto.
Así nació la idea del Festival Kintachiwinkan Magkat Chan, Nuestra Voz Llega Lejos. Lo que empezó como un grupo de más de 25 personas, se fue reduciendo a siete debido a todas las trabas que nos ponían las propias autoridades, porque en Espinal, "a los niños no les gusta escuchar historias, ni leer". Mi primer tarea en ese equipo fue tomar cursos de narración exprés con el maestro Martín y después ir escuela por escuela a invitar de una manera divertida, contando un cuento a cada salón y dejarlos queriendo más. Por fortuna funcionó.
Después de muchos esfuerzos y enojos, llegaron las tan esperados días de recibimiento a los narradores que ya no sólo eran de Ciudad de México, se habían integrado de Papantla y Poza Rica. Así comenzó un viaje increíble. En el segundo año creció la invitación y gracias a que los narradores contaron su experiencia con el trato de la gente en Espinal (Pues no s eles pagaba) muchos más quisieron asistir en agosto, en funciones de diciembre y marzo, poco a poco el festival creció en Público, sedes y artistas invitados al punto de tener otras actividades como poesía, danzas y talleres de origami , gracias a que hasta invitados de Japón se tuvo. El tercer año fue el mejor en participación comunitaria, pero no en la institucional, el Ayuntamiento hasta nos prohibió presentarnos en lugares como el parque y no apoyó en el hospedaje como otros años.
Con Hena Carolina, Patricia de la Guardia y Soulrose Pierres, narradoras con diferentes técnicas
Pero la gente del totonacapan había abrazado este movimiento, ellos se ofrecían a dar la comida, el transporte y demás cosas para que los narradores continuaran yendo a nuestro rinconcito del mundo. Lamentablemente este año no hubo una cuarta edición, pero en diciembre nos reuniremos para iniciar los preparativos para ese festival pendiente.
Narradores y organizadores antes del gran final con un invitado especial, Alejandrino García, Exvolador de Papantla y guardián de las historias de su pueblo.
Yo fui narrador en escuelas y conductor en el festival el primer año, organizador en el segundo y Narrador en el tercero, ahí inició una de mis etapas más ricas que he vivido. Yo espero que la voz siga llegando lejos porque demostramos que si bien en nuestro país no se quiere leer, debemos encontrar las herramientas necesarias para lograrlo y la narración es el puente perfecto a ese mundo lleno de posibilidades que son las historias escritas y orales.
Una foto con la talentosa Elia Sánchez. En la parte de atrás puede notarse un globo cantoya con la temática de nuestro festival regalado por los pobladores de Zozocolco, una de las cinco nueves sedes en la tercera edición.
Lo que empezó como un sueño en la cabeza de un maestro de secundaria, se volvió una realidad y una oportunidad para muchos, incluyéndome.
Concluyo por ahora con una frase de Galeano: "Gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar al mundo".
Cierre del tercer Festival.
Coyutla, otra de las sedes que dieron todo su apoyo a este proyecto.
Woww!!
ResponderBorrarSuper interesante, y me alegra mucho que todo se logro.