Fue inaugurado el 17 de septiembre de 1964 y se encuentra ubicado en Av. Paseo de la Reforma y Calzada Gandhi s/n Col. Chapultepec, Polanco. Del. Miguel Hidalgo, C.P. 11560, Ciudad de México, México.
Adolfo López
Mateos que fue el presidente de ese entonces, decía que el lugar debía ser en
el que "los mexicanos al salir de él, salieran orgullosos de ser
mexicanos"; y fue logrado, no sólo muestra la historia del país y de
diversas culturas del mundo, también nos enorgullece con su increíble
arquitectura a cargo de Ramírez Vázquez, que decide utilizar 45.000 de los
125.000 metros cuadrados en total, destinando 30.000 a exhibiciones y
diseñando una explanada de bienvenida que conectara el museo con el bosque y
permitiera en el nivel bajo de esta explanada ubicar los parqueaderos y
lockers. A pesar de ser un museo amplio su visita es dinámica porque las salas
de alguna manera se conectan y se cuentan con espacios al aire libre que no
sólo te mantienen dentro de un edificio, que podría llegar a ser tedioso y
cansado.
Este museo se divide en dos
secciones la primera ubicada en planta baja llamada arqueología, la cual cuenta
con 10 salas las cuales van desde el poblamiento de américa, el preclásico y
las que nos hablan en específico de las civilizaciones prehispánicas, la
segunda sección es la etnografía la cual cuenta con 11 salas en las cuales nos
hablan de las prácticas culturales de grupos sociales por ejemplo los pueblos
indios, pueblos mayas tanto de la planicie y selvas como de las montañas, los
nahuas, entre otros.
En las salas de arqueología existe
una sala llamada sala de exposiciones culturales por la fecha de nuestra visita
nos encontramos con la exposición de Xochipilli, el señor de las flores la cual
se encuentra abierta desde abril del 2018 y concluirá en julio del 2018.
En el patio central se
encuentra dos atractivos visuales, los cuales podemos ver desde nuestro acceso
al museo los cuales son, el espejo de agua y el paraguas; desafortunadamente al
momento de nuestra visita este último se encontraba en reparación por lo cual
no tuvimos la oportunidad de verlo activo, esperamos que en nuestras futuras
visitas logremos verlo totalmente restaurado para el disfrute de todos los
visitantes.
Afortunadamente el museo nos
permite tomar fotografías lo cual nos ayuda a tener pruebas visuales de nuestra
visita la única regla que da el museo es que estas no sean tomadas con flash o
luces puesto que estas dañarían las piezas arqueológicas, etnográficas o
murales. Para más información del museo
Xochipilli
señor de las flores
Esta sala relata que los
Mexicas se asentaron en medio de lagos flanqueados por volcanes, y desde allí
se convirtieron en señores del Anáhuac y de las tierras más allá del
firmamento. Ciclos de día y de noche, fuego y agua, siembra y cosecha
perpetuaron el cosmos dual de su cultura, sólo la muerte garantizaba la vida.
Esa dualidad se tornó
diversidad de hombres y paisajes. Así se volvieron multitud de pueblos. Así fueron el cacao de Tlacotalpan y los
jaguares de Xoconochco, el algodón de Cuauhnáhuac y el oro de la Chinantla, la
sal de Iztapa y la obsidiana de la Sierra de las Navajas, las flores de
Xochimilco.
De allí, de las faldas del
volcán Iztaccíhuatl, surgió un portento en piedra labrado por manos chalcas que
recoge las historias y el firmamento del arte y la cultura mexica.
Así nació Xochipilli, el señor
de las flores, aún hoy, en él, vive la esencia y el poder de lo mexica.
Dentro de esta sala
encontramos unas imágenes de cómo era la ciudad anteriormente, llena de cerros,
verde, agua, campo; de lejos parecía la ciudad como un jardín florido y
deleitoso.
Dentro de esta imagen encontramos
lugaremos como: Xochimilco, Culhuacán, Tláhuac, Cuernavaca, Mexicaltzingo,
Coyoacán, etc.
Después, se encontraba la escultura
en piedra de la cultura chalca la cual representaba la figura de Xochipilli,
acompañada de un video ilustrativo que contaba la historia de Xochipilli de
forma gráfica, con fantasía y leyenda típica de México, llena de colores y que
expresa sentimiento de orgullo por la cultura.
La siguiente sala explicaba la
figura de Xochipilli, las flores que lo adornan, su significado y uso; incluso,
había una réplica de la escultura de Xochipilli apta para tocar para las
personas invidentes, al igual que para los curiosos que querían sentir más allá
que en el sentido de la vista.
Escrito por:
María José Santiago Aguilar
Estefany Lizbeth González Álvarez
Andrea García Trejo
Andrea García Trejo
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